Hace veinte años, nuestro fundador comenzó comercializando artículos religiosos, tenía por oficina un cuarto de servicio, el baño fue adaptado como almacén y poco a poco fue creciendo hasta llegar a tener dos vendedores y una secretaria.
Conforme pasó el tiempo se mudó a una casa frente al Templo de la cruz en donde tuvo sede durante 10 años hasta que finalmente se mudó a sus propias oficinas.
Con la entrada de China al mercado nacional, con gran visión, el Licenciado decidió invertir en una fábrica para complementar los productos italianos con nacionales de calidad igual o superior.
El inicio de la producción dio pie a la diversificación de mercado y se abrieron diferentes líneas además de la religiosa. Abriéndonos camino en el mundo de la joyería, publicidad, promocionales, impresión, acabados superficiales, piezas industriales, etc.
Después de trece años de fabricación, podemos decir que hemos logrado la meta y seguimos consolidandonos en innovación y tecnología de punta para brindarle el mejor servicio.